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El hamor 2.0

   Cuando los matchs empiezan a llegar tu autoestima empieza a subir como te suben los chupitos de jaggeimaster una noche de borrachera, porque claro que le gustas a alguien, le interesas a otros tíos, tú que pensabas que ibas a acabar en un convento y con el himen reconstruido de no usarlo.


Uno de esos match es A. que tiene unos brazos para cargar sacos de escombros que ya los quisiera el arquitecto de los Pilares de la Tierra. Un chico que llama la atención, alto, un poco fuertecito, barbita de unos tres días y hace crossfit. Los crossfiteros es la nueva banda urbana, están los latin king, los canis, los viceversos y los crossfiteros. Como siempre me viene a la mente “está muy bueno para mí”, PERO NO!!! No sabemos el tipo de chica que le gusta a la otra persona, por favor nunca lo demos por sentado.


El chico pregunta, encuentra conversaciones, le interesa lo que me pasa por la cabeza, y está como para pedirle sal pero de la gorda. Me permite cierto toque pícaro necesario cuando empiezas a conocer a alguien y con el que no te apetece precisamente dormir. Comenzamos la típica conversación, es abogado de profesión pero lo dejó todo porque trabajaba demasiadas horas para llegar a viejo y empezó a estudiar una oposición de Hacienda. Tiene un huerto, a mí no me aguanta ni un cactus, los seres vivos en mis manos no sobreviven, por eso no tengo novio.


Y así pasan las semanas, sí efectivamente semanas hablando, se conecta cada noche y me vacila gran parte del tiempo, y yo ya no sé si es que no llevo bragas o las he perdido hablando con él.

- Crossfitero, sabes que me sacas de quicio?? Dan las mismas ganas de echarte un polvazo que de darte de hostias.

- Las mismas, las mismas??

- Creo que son mayores las de darte de hostias…

- Vaya, iba a proponerte que podríamos empezar echando un polvo y ya vamos viendo si cambias de opinión en cuanto a lo de darme de hostias.

Y aquí amigas es cuando las cosas se te descontrolan, porque no nos engañemos, a nosotras también nos gusta el sexo y nos gusta follar, y si además es con alguien que te pone el coño como un bebedero de patos pues que en tu cabeza te conviertes en la directora, productora ejecutiva, guionista y actriz de tu propia película porno.

 

Como ya os habrán contado, alcohol y teléfono móvil no son compatibles. Con una cogorza similar a un Airbus 380, de quién menos me acuerdo es de mi ex, pero no puedo quitarme de la cabeza al jardinero crossfitero que me quiere poner los ojos como una cabra mirando a un barranco. En ese momento es cuando los más oscuros deseos salen a la luz, cuando los dedos teclean sin control y la conversación me lleva por unos derroteros de los que al día siguiente fijo que me voy a arrepentir. 

Y la cuestión es, ¿por qué no habéis quedado de una vez? Porque he dado con el único tío responsable que hasta después de las oposiciones no quiere quedar con nadie. Dos semanas quedan, dos semanas que me van a parecer tan largas como el estreno de la nueva película de Avatar.


¿Cuál es el final de la historia? Os podría contar que quedamos y echamos ese polvo salvaje soñado en un baño de un bar, que después me llevó a su casa y volví a ver las estrellas cuando me ató a la cama e hizo conmigo todo lo que había tecleado semanas antes, y que pasamos un fin de semana follando, comiendo y durmiendo. Pero como bien sabréis esto trata sobre “cómo no ligar en internet”, el cuento acabó como en la vida cuando se van a por tabaco, se esfumó.

 

Ya lo decía Sabina, “lo nuestro duró, lo que dura dos peces de hielo en un whisky on the rocks…y entonces es cuando me pregunto, ¿todo esto fue real en algún momento?

 

 

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